El Buda, frente a sus reverentes discípulos, predicaba con los pies apoyados sobre un tigre dormido. De pronto la bestia abrió los ojos. Entonces el Buda, siendo sólo el sueño del animal, se disolvió. El goloso tigre devoró a todos los monjes.
De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.